viernes, 21 de septiembre de 2007

“Un tango y una dedicatoria: de Villoldo a Seguin”


Ángel Villoldo fue uno de los grandes compositores de la primera etapa del tango. Nacido en Barracas, Buenos Aires, el 16 de febrero de 1861, se destacó como guitarrista y ejecutante de armónica. Mencionado como "padre del tango criollo", uno de sus temas más exitosos fue "El Esquinazo". Cuando en el año 1903 la orquesta lo tocaba en el legendario café cantante y restaurante "Lo de Hansen", del Parque 3 de Febrero, su ritmo exaltaba a la concurrencia que seguía el compás golpeando lo primero que tuviera a mano, copas y platos, con los consiguientes destrozos. Un fragmento de la letra de Carlos Pesce y Antonio Polito a la que Villoldo le hizo esa música endemoniada dice:


"Nada me importa de tu amor,
¡golpeá no más!, (Golpes)
el corazón me dijo
que tu cariño fue una falsía,
aunque juraste que eras mía..."

 
Se cuenta que el descontrol que provocaba la interpretación entre gente de diversa ralea obligó al dueño del lugar a exhibir un cartel prohibiendo terminantemente su ejecución. En su partitura aparece una dedicatoria: “Al Sr. Don Carlo Seguin”. Durante un siglo poco fue lo que trascendió del esquivo y enigmático rey del esparcimiento al que Villoldo quiso dejarle un reconocimiento.
Carlos Seguin o Charles Seguin, había nacido en París y llegado a la Argentina en 1895, con apenas 18 años. Este personaje casi novelesco, con astucia y gran habilidad, multiplicó sus ganancias aquí y en el exterior. Poderoso empresario del mundo del espectáculo de Buenos Aires, poseyó acciones de millonarios emprendimientos, además de centros de diversiones y teatros (Palais de Glace, el Parque Japonés, el Armenonville, los teatros Casino, Scala, etc.) que lo relacionaban directamente con la noche porteña. Villoldo fue uno de los muchos artistas que trabajaron en locales y salas del “mandamás” Monsieur Carlos.
Evidentemente, con la dedicatoria de ese tango -que hizo tanto “ruido”-, el músico quiso manifestarle al magnate francés deferencia, cumplido o algún tipo de homenaje. Lo cierto es que en los albores del siglo XX, desde muy distintos roles, ambos fueron partícipes relevantes del ambiente artístico.

Carlos Szwarcer © 2007 

lunes, 17 de septiembre de 2007

El reloj de esfera celeste

Por Carlos Szwarcer
Ese domingo al mediodía la casa estaba de fiesta, se celebraba una importante fecha familiar. Una enorme nube negra, que empalidecía todos los colores, se corrió para dar paso al tibio sol de agosto que desde el ventanal se derramó lentamente por el comedor. Mi abuelo, de traje oscuro, impecable, y mi abuela, que lo miraba con sus intensos ojos negros, azabaches, quedaron por unos instantes iluminados. Sonreían radiantes.

El tenía la mirada profunda y melancólica. Tan firme era su paso y elegante su figura que parecía uno de esos actores maduros norteamericanos, como un personaje salido de la pantalla del cine Rívoli (1). Con el cuello duro -de tanto aguzar la vista- lo observé desde mis lozanos seis años queriendo desentrañar esa marca diluida, especie de medialuna delineada tenue y enigmática en su amplia frente. ¿Un golpe, un accidente, una caída, una pedrada; quizás un estigma o una señal divina? Esa huella del pasado que quería dilucidar y sobre la que jamás me atreví a preguntarle…

Muchas veces escuché los lamentos: “es un esclavo de su trabajo” o “… si queremos estar bien tiene que sacrificarse”. Y él siempre sentenciaba: “cuando me jubile tendré todo el tiempo…” Esta frase la repetía cada vez que intentaba explicar sus llegadas tarde a cenas y festividades religiosas, o su ausencia en algunos cumpleaños.

Pero nada de eso me importaba en aquel momento; allí estaba él, junto a mi abuela. Y acurrucado, desde mi asiento, ese mediodía no le saqué la vista de encima. Su sobriedad era quebrada por un gracioso y melodioso tono de voz articulando dichos ancestrales o el refrán exacto para el momento justo de la conversación. Algo nuevo me llamó la atención: descubrí en su muñeca izquierda un moderno reloj de esfera celeste que enseguida me fascinó. Esforcé la vista, más aún, intentando descubrir qué era ese diminuto elemento que giraba y giraba oficiando de segundero. Tal fue mi concentración que mi abuelo se interesó en saber qué le pasaba a su nieto mudo, patitieso y con cara de bodoque extasiado.

- ¿Qué miras?, preguntó - Ah… ven aquí… ¿El reloj, no es cierto? - agregó con voz firme, y una sonrisa que irradiaba satisfacción.

Me sentó sobre sus rodillas y le revelé lo que había despertado mi curiosidad: “el color, ese celeste azulado raro, abuelo… y el segundero”. Ya de cerca observé que el mecanismo amarillo nacarado que rotaba rítmicamente era una especie de ave con las alas extendidas.

En ese momento previo al almuerzo, en medio de ruidos de platos y copas que se apoyaban sobre la mesa, me contó que el reloj se lo había comprado a un marinero griego que llegó al café “con un bogo de chucherías y cigarrillos importados” y que le gustó por los números grandes que marcaban las horas, porque los veía bien, y sobre todo el segundero. Llegaron los platos humeantes y me dijo: “ve a tu silla”. Y con un guiño de ojo me prometió que después de comer me contaría algo que nadie sabía.

Apenas terminamos de almorzar sembraron la mesa con platos dulces y mermelada de arrope. Completaba el ritual el “café a la turca”, pero mi abuelo corrió la silla, se hizo del pocillo, y tomándome de la mano me llevo al living. Se dejó caer muy lentamente sobre el mullido sillón de pana ocre y fue entornando los ojos. Quedamos en silencio y, cuando dio el primer sorbo al café, una breve ráfaga de viento fresco, que irrumpió inesperadamente desde la puerta entreabierta del patio, le hizo exclamar: “oj oj oj…” (2). Siempre que se encontraba a gusto, feliz, lanzaba esa expresión que a mí, inevitablemente, me hacía reír, y me devolvió una serena sonrisa mientras me fui sentando en el apoyabrazos del sofá, expectante por lo que me iba a contar.

- Te diré algo, pero no le contarás nada de nada a “dinguno” (3) - dijo, con gesto severo.

Asentí con un leve movimiento de cabeza, y aún más nervioso e intrigado con sus próximas palabras.

- Mira el ave que gira y gira aquí y que te hizo “pedrer la kalma” – marcó con su dedo el reloj reluciente- ¿Sabés por qué se lo compré al grego? Porque su color me hizo “akodrar”, bah… me vino a la cabeza, el mar de mi casa, en Izmir. “¿Entendes bojor?” Esmirna, mi pueblo. Y estas “estreas” parecen las mismas del aquel cielo. Pero lo que más me “embelekó” fue este lindo “pasharo” que da vueltas y vueltas, igual que “aqueas” aves que veía volar “basho” y después llegar a las nubes. Pero un día – extendió su brazo hacía el techo y abrió su mano separando bien los dedos – el cielo se hizo negro, negro de toda negrura; y los “pasharos” azafranados se fueron todos “shuntos”, “fuyeron” de a cientos. Ruido, “muncho” ruido. Fuego y humo. Mi “kirida” madre me “disho” en esos días negros: “vate de aquí, lejos, como aqueas aves. Vate de aquí… a otras tierras a otros cielos”. Y me fui… (4)

Mi abuelo, pensativo, continuó: “¿A ti también te gusta el reloj “vedrá”? Mira… lo “guadraré” para ti. Dicen lumbreras que es de sabios “deshar” lo que “mos” gusta a “ken” más queremos. Te lo “desharé para ti, para cuando seas hombre, para cuando celebremos tu Bar Mitzvá” (5)-(6) - me aseguró con cara seria y ceño fruncido, como quien estaba diciendo algo muy delicado e importante.

En esos momentos no entendí del todo la profundidad de sus palabras, sin embargo, me sentí feliz porque me estaba dando su confianza, contándome una historia íntima sobre él, su ciudad, mi bisabuela, y lo más importante es que compartíamos un secreto. Pasaron los años y nunca más hablamos sobre el tema. De tanto en tanto cuando él usaba ese reloj, levantaba la muñeca izquierda, y me guiñaba el ojo. Lamentablemente, unos meses antes de mi Bar Mitzvá, falleció. Y pensar que tanto repitió: “¡Cuando me jubile tendré todo el tiempo!”. Al final no alcanzó a jubilarse. ¿Dónde habrá ido a para su reloj? Nadie supo jamás lo que me había contado.

No recuerdo cómo llegó a mí el reloj despertador a cuerda que hace añares descansa sobre mi cómoda y que - aunque está descompuesto - conservo como una reliquia. ¿Lo compré o me lo regalaron? ¡Ah, esas trampas de la memoria! Tiene una esfera de un celeste intenso, salpicada de estrellas blancas, y un segundero amarillo que en el pasado giraba y giraba acompasadamente. Seguramente que su parecido al reloj pulsera de mi abuelo no es casual. Si bien su vidrio está roto y su mecanismo oxidado, es mágico: ha logrado, de alguna forma, detener el tiempo, su imagen me lleva a otras imágenes, sus horas a otras horas. Como en un juego travieso y sutil mi mente se ubica en otras coordenadas, en otra dimensión se conecta a través de ese reloj con la niñez de mi abuelo, con su origen, y con mi propia niñez. Entonces, aquella charla secreta plena de una hermosa complicidad vuelve a mí y, en algunas ocasiones, cuando miro fijo mi viejo reloj despertador de esfera celeste, milagrosamente su segundero parece girar nuevamente; el pájaro amarillo vuela bajo otra vez por la bella Esmirna del Asia Menor, se eleva hasta las nubes y regresa a mi Buenos Aires, para recordarme uno de los tantos lugares de donde vengo.


Notas:

1) Cine de Villa Crespo. Barrio de Buenos Aires que concentró en el siglo XX gran cantidad de inmigrantes europeos, muchos de ellos judíos: sefaradíes y ashkenazíes.

Las siguientes palabras o párrafos que abajo se aclaran proceden del Djudezmo: habla de los sefaradíes, denominada indistintamente ladino, judeoespañol, castellano antiguo, espanyol, españolit. Idioma de los judeo-españoles del siglo XV y que sus descendientes mantuvieron, con ligeras variantes, según la región, en cada aldea o ciudad en la que se afincaron luego de la expulsión.

2) Expresión que significa satisfacción por un clima agradable o el disfrute de un aire puro y refrescante.

3) Ninguno.

4) “Mira el ave que gira y gira aquí y que te hizo perder la calma – marcó con su dedo el reloj reluciente- ¿Sabes por qué se lo compré al griego? Porque su color me hizo acordar, bah… me vino a la cabeza, el mar de mi casa, en Izmir. ¿Entiendes? Esmirna, mi pueblo. Y estas estrellas parecen las mismas del aquel cielo. Pero lo que más me encantó fue este lindo pájaro que da vueltas y vueltas, igual que aquellas aves que veía volar bajo y después llegar a las nubes. Pero un día – extendió su brazo hacía el techo y abrió su mano separando bien los dedos – el cielo se hizo negro, negro de toda negrura; y los pájaros azafranados se fueron todos juntos, huyeron de a cientos. Ruido, mucho ruido. Fuego y humo. Mi querida madre me dijo en esos días negros: vete de aquí, lejos, como aquellas aves. Vete de aquí… a otras tierras a otros cielos”. Y me fui…”

5) "¿A ti también te gusta el reloj verdad? Mira… lo guardaré para ti. Dicen lumbreras que es de sabios dejar lo que nos gusta a quien más queremos. Te lo dejaré para ti, para cuando seas hombre, para cuando celebremos tu Bar Mitzvá".

6) Bar Mitzvá. Del hebreo: Ceremonia en la que el joven asume la madurez religiosa, derechos y obligaciones. Fiesta familia.


Carlos Szwarcer. © 2007.

jueves, 16 de agosto de 2007

Galería de fotos 05

Año 2007

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Con la escritora e historiadora Lily Sosa de Newton.

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Leticia Maronese, Secretaria General de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Entrevistada por Carlos Szwarcer
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En la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires con el Arq. Horacio Spinetto.
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Entrevista de Carlos Szwarcer a la Directora de Cultos
 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Vázquez.
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Fotos Carnaval 2007. Murga "Sonadores de Villa Pueyrredón"


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"Soñadores..." en el escenario de Av de Mayo. Febrero de 2007.

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Los trajes, las pinturas. Todo lleva grandes esfuerzos y preparativos.

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El baile, libre, absolutamente libre.
Dentro de la compacta murga reina la originalidad, la individualidad. Alegría


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Ritmo, bombos y platillos,
El orgullo de representar a un barrio con sus nombres y colores.
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Noche, tarde. Final. Cansancio, extenuado pero contento... Dejó todo. "Es una pasión...un desenchufe".
Ver artículo: La Murga. "Soñadores de Villa Pueyrredón"
Imágenes archivo CS. Derechos Reservados
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miércoles, 2 de mayo de 2007

LOS BARRIOS PORTEÑOS ABREN SUS PUERTAS 2007


“Siento tus entrañas de verdín y me pierdo entre tus plazas y el trajín, me seducen tus misterios, me convocan tus milagros, me descubro entre tus brazos de adoquín”. Cuánta verdad y poesía en este fragmento del tango “Buenos Aires Fénix”, que intenta definir maravillosamente a una ciudad indefinible. Caminar sus calles, detenernos en sus esquinas, escudriñar los recovecos de su historia cuatro veces centenaria, es parte de nuestra inquietud por conocer más de lo que amamos. Conectarnos con emociones que se encuentran más allá de las palabras. Buscamos, siempre buscamos algún detalle en sus veredas conocidas donde suele sorprendernos lo insólito. Nos detenemos allí donde podemos encontrar una propuesta interesante.
Y el martes 17 de abril, a las 18 hs., nos dirigimos al Salón Dorado del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires donde se realizó el acto de apertura del ciclo “Los Barrios Porteños Abren sus Puertas 2007”. Con esta presentación la Dirección General de Patrimonio, dependiente de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, iniciaba el quinto año de difusión del Patrimonio barrial de la ciudad.
La reunión comenzó con las palabras del actual coordinador del emprendimiento, Arq. Horacio Spinetto, recordó a colaboradores que formaron parte de la organización de estas actividades iniciadas en 2003 y presentó a los actuales: Lidia Yadarola y Pablo L. Vinci. La Subsecretaria de Patrimonio Cultural Arq. Nani Arias Incollá remarcó la importancia de estas actividades y el crecimiento del la participación ciudadana en estas visitas.
El cronograma de actividades del mes del abril incluye a la Comuna 3 (Balvanera-San Cristóbal). Para el jueves 26 difundieron las siguientes visitas: un recorrido por la Calle Hipólito Yrigoyen del 1800 al 2600 (9 hs). Visita al Museo Carlos Gardel y Recorrido Gardeliano (11:30 hs). Palacio de las Aguas Corrientes (13 hs). Centro Islámico de la República Argentina (15:30 hs). Iglesia de la Santa Cruz (17:30 hs).
Para el viernes 27 se concentrarán las actividades en la Comuna 4 (Barracas, La Boca, Parque de los Patricios, Nueva Pompeya). Visita a Nuestra Señora de Pompeya (10 hs). Escuela Maestranza del Plumerillo (12 hs). Recorrido Pasaje Lanín-Taller Marino Santa María (15 hs). Recorrido Parque de los Patricios (15:30 hs). Ateneo Popular de la Boca (17:30 hs). Taller de los Escultores Leo Vinci y Marina Dogliotti (19 hs). En el mes de mayo se realizarán recorridos en las Comunas 7 y 8.
El acto finalizó con un cierre musical impecable a cargo del Coral Marista "La Inmaculada", dirigido por la Sra. Viviana Mele. En tanto un brindis retuvo a parte del público, la ciudad soportaba un furioso temporal. Nosotros, bajo la intensa lluvia, salimos del ex Diario La Prensa (edificio lujoso y afrancesado, construido a comienzos del siglo pasado, donde actualmente funciona el Ministerio de Cultura de la ciudad) y empapados llegamos a la esquina de Avenida de Mayo y Perú. Nos guarecimos en la ochava de la paqueta Confitería London City, donde Cortázar dio vida a algunas de sus memorables páginas. El semáforo nos dio permiso para cruzar. Nos “sumergimos”, literalmente, en el subte de la línea “A”, que con casi cien años de servicio nos ampara en sus vagones de madera crujiente. Meciéndonos como en una cuna nos lleva a través del corazón de la ciudad, por ese callejón debajo de las aceras que desemboca en otros tantos barrios. Bajamos -con el paraguas preparado- unas estaciones después. La escalera mecánica nos deposita en la superficie y quedamos nuevamente incorporados al gentío porteño que pulula por sus veredas.

Carlos Szwarcer
Buenos Aires. Abril de 2007.
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martes, 17 de abril de 2007

Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires

-Entrevista a la Lic. Leticia Maronese-

Leticia Maronese es Secretaria General de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Socióloga, historiadora y escritora de amplia y fecunda trayectoria, se desempeña, además, como asesora de la Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Miembro de la Comisión Permanente de Nomenclatura Urbana. Miembro titular de la “Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares y Confiterías Notables de la Ciudad” y Vicepresidenta de la Comisión Directiva de la Junta Central de Investigaciones Históricas de la Ciudad de Buenos Aires -Federación-.

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Lic. Leticia Maronese
   
    Fuimos recibidos cordialmente por Leticia Maronese en su despacho del 5º piso del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En un amable diálogo pudimos recorrer y adentrarnos en diferentes temas relacionados con su gestión en la esfera de la defensa del Patrimonio Cultural porteño.

P: La Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires se inició en 1995. ¿Desde qué año estás en el cargo de Secretaria General?
R: Desde el año 2000. Anterior a esa fecha la integré desde otras funciones.
P: Dentro de las actividades de la Comisión ¿cuáles fueron las de más repercusión, las que tuvieron más llegada al público?
R: Yo creo que Historia Bajo las Baldosas, y es muy posible que por la amplitud que tiene: es un programa muy transversal y con mucha llegada al sistema educativo. Desde su inicio lo pensamos para llegar a los más chicos y los jóvenes, porque nos parecía, y nos parece, que los temas de preservación del patrimonio cultural deben inculcarse y debatirse tempranamente, como hace unos años se instalaron los de preservación ambiental y dieron por resultado adultos que protegen la ecología. Lo apoyamos desde la legislación, impulsando un proyecto de declaración para que se incluyera la temática del Patrimonio Cultural en la currícula escolar. Trabajamos directamente con la Secretaría de Educación para modificar los textos de la currícula de Ciencias Sociales y empezamos a editar bastante material impreso, videos, concursos literarios y de investigación, muestras fijas y ambulantes (ahora tenemos una que consta de dieciocho valijas que se llevan los docentes). Se logró una instalación muy importante.
P: Un resultado gratificante…
R: Yo creo que sí, porque además no estaba pensado para el público en general pero tuvimos que incluirlo a través de visitas, concursos. El tema de “lo subterráneo” no sé por qué, pero interesa mucho a las personas: los pasajes subterráneos, los túneles, etc. Hay un folklore, una mitología increíble que atrapa. Nosotros además hicimos entrevistas, recogimos historias y leyendas, realizamos concursos de literatura, ficción en general, y todo esto tuvo mucha repercusión en la prensa.
P: ¿Qué otra temática tuvo un impacto parecido en la gente?
R: Ahora esa misma atención está suscitando el relevamiento del Atlas de Patrimonio Inmaterial, referida a fiestas, celebraciones, conmemoraciones y rituales que se realizan en la Ciudad.
Pero volviendo al tema anterior, es importante el soporte documental expresado a través de varios libros y videos como los de “Buenos Aires, viajando en el tiempo”.
En general, debo aclarar que cuando realizamos jornadas, concursos, los acompañamos posteriormente con su publicación respectiva. Y esto es importante porque trabajamos temas en los cuales nadie había incursionado anteriormente dentro del patrimonio cultural de la Ciudad. Lo habitual eran las publicaciones referidas al Patrimonio Arquitectónico o el monumental de la Nación. Nosotros editamos sobre música, sobre comida, sobre las lenguas y, específicamente, incursionamos recurrentemente sobre la diversidad cultural que nos caracteriza. Pienso que la Lengua es un patrimonio cultural que es básico, el principal. Nadie lo había tomado. Nosotros realizamos varias publicaciones. El tema del Patrimonio Gastronómico también, y cuando hablamos de música no nos ocupamos sólo del tango, incluimos el rock y sacamos un libro (“Buenos Aires y el Rock”) que se está vendiendo mucho, tanto aquí (en la planta baja de Avenida de Mayo 575), como en la Feria del Libro. No es la historia del rock, sino el imaginario del rock sobre nuestra ciudad y los temas urbanos.
P: También trabajan con las diferentes comunidades que van transformando permanentemente a una ciudad de tanta diversidad como Buenos Aires…
R: Sí, como por ejemplo Buenos Aires Idish. O sea, no en general sino dirigido al Patrimonio Cultural que porta cada comunidad. Cuando hicimos Buenos Aires Idish con el Instituto Histórico evaluamos que, como actividad, fue de las que tuvieron mayor repercusión y además el libro (“Buenos Aires Idish”) lo pudimos sacar en seguida, y fue muy interesante y emotivo. Toda esa gente que iba, gente joven, me extrañó mucho, como que hay un reverdecer. Gente joven que ahora está mirando ese proceso, escribiendo, haciendo tesis, acompañada de gente muy mayor (que había sido protagonista del proceso), que se emocionaba, que cantaba, que bailaba... Bueno, y de repente recordar que hubo una época en la que en Buenos Aires hubo once teatros abiertos, todos al mismo tiempo y todos los días, en lengua idish es una cosa impresionante.
P: ¿Con qué otra colectividad están trabajando?
R: Ahora estamos trabajando Buenos Aires Gallega, a través de la lengua también. Y seguimos con lo iniciado en el 2005 con la lengua romanés, que fue muy interesante. Vos sabés que en el Distrito Escolar 18 (Floresta, Monte Castro, Villa Luro) hay una comunidad de gitanos importante. Realizamos charlas en las cuales se invitaba a una madre gitana que venía con su samovar y les contaba a los chicos cómo se hacía el té de frutas y se leían narraciones tradicionales gitanas. Me parece que, como propuesta, es algo muy interesante para tratar de remediar el tema de la discriminación a través del conocimiento del otro. Con los afro-argentinos y las migraciones negras recientes también trabajamos bastante y sacamos un libro (“Buenos Aires Negra. Identidad y Cultura”), en el cual se volcaron las ponencias de dos jornadas que realizamos. Este año seguimos trabajando el tema, y es muy interesante porque yo, muchas veces, tengo que aclarar que los negros existen cuando me preguntan cuándo desaparecieron. Además, lo más conocido, es cómo ha impactado culturalmente a través del tango, de la murga y tantas expresiones culturales que tenemos los argentinos. La murga es un fenómeno que analizamos mucho y estos últimos años más debido al registro de las fiestas, conmemoraciones y rituales en Buenos Aires.
P: En cuanto a la murga, estos últimos meses investigué el tema: las marchas de pedido de feriado nacional por Carnaval, las previas a las presentaciones de Carnaval. Pude realizar historia oral con integrantes de la murga “Soñadores de Villa Pueyrredón”, un grupo de gente espectacular, de una barriada muy linda. Son parte de un verdadero fenómeno social, muy interesante, en crecimiento. Ellos reconocen ciertos cambios, que hay un espacio perdido que están recuperando, pero los chicos aseguran, al igual que otras murgas, que les falta más difusión, aunque reconocen la actitud de apoyo del Gobierno de la Ciudad, no ven suficiente publicidad.
R: La programación de verano fue una estrella con cara de mujer y otra estrella con cara de mujer con antifaz, y dice “Carnavales de Buenos Aires”. Hubo cartelería. Yo he trabajado muchísimos temas de murga, he sido miembro de la Comisión de Carnaval, sobre todo en los primeros años, cuando se empezó a cumplir la Ordenanza, que yo la redacté en una computadora con Ariel Prat, Pantera Reyes y varios murgueros atrás dictándomela, en la oficina de Eduardo Jozami. Esa Ordenanza la declaró Patrimonio Cultural. Fue bueno, sobre todo porque eran muy perseguidos, les dio como un margen en los espacios públicos para ensayar y ver cómo se llegaba a un consenso con los vecinos. Pero lo que sucede también ahora que la reglamentaron, hará dos o tres años, es que le han puesto un corset tan grande… Porque el Patrimonio Cultural, sobre todo el intangible, va variando a través del tiempo. La reglamentación dice, por ejemplo: La murga porteña consta de tantos redoblantes, tantos pitos, van formados así… Un corset a futuro, y esto no tiene nada que ver con el “patrimonio cultural”. Establecieron una calificación y parece que no hubo nadie que obtuviera el primer premio el año pasado…
P: Ellos mismos eligen la Comisión…
R: Sí. Hay una Comisión de Murgas y una Agrupación y eligen representantes por las murgas chicas y las grandes. A estos se agrega un integrante por el Legislativo, que es el cargo que yo tuve y uno por el Ejecutivo. La verdad que se pelean mucho entre ellos. Hay un movimiento independiente al oficial, que además organiza corsos.
P: ¿Desde Patrimonio hay alguna herramienta para orientar…?
R: Mirá, vamos a hacer a mediados de año con Claudio Yomaiel, encargado de la Comisión de Carnaval por el Poder Ejecutivo -y vos vas a tener que estar-, una jornada para discutir todos estos temas. Porque ¿sabés lo que pasa? Ellos declaran que pasa inadvertido el Carnaval, y es cierto, pero lo que sucede es que en los sitios en los cuales el carnaval es importante, el carnaval empieza y termina: se entierra Momo y son cuatro días. Acá todo el año es carnaval. La murga está presente en todo. Yo reconozco que es esencialmente un Patrimonio de Buenos Aires, pero vos fijate que ellos están en las marchas de protesta, como por Cromañón… Yo los vi hasta en la Iglesia de la Santa Cruz los 8 de diciembre… Están absolutamente en todo, todo el año, y está bien que sea así, porque es un movimiento social (los cálculos son de veinte mil personas), pero con respecto al Carnaval lo debilita: en los corsos sólo es el desfile de la murga, no hay disfraces, no hay carrozas. Es solamente algo para las murgas, sus familiares, sus amigos. Pero además los ven en cualquier época del año... Tal vez sobre este tipo de cosas hay que debatir. Igualmente, no es fácil instituir una fiesta por simple decisión de unos pocos. El tema es mucho más profundo.
P: Leticia, disfraces hay y actúan para mucho público, cada vez más. Empiezan a ensayar en septiembre u octubre. Para poder presentarse tienen una cantidad de gastos impresionantes. Como los aportes del Gobierno no les alcanzan, me contaban que durante el año, hasta que llega el Carnaval, 20 ó 30 de la murga trabajan en fiestas; van y hacen caja. Ese dinero es para toda la murga, para quienes no tienen para hacerse el disfraz, por ejemplo. Ellos notan que requieren más apoyo, más difusión. ¿Cómo ves, desde tu lugar, la forma en que se puede optimizar la organización?
R: Pero ellos mismos se tienen que organizar, y, además, lo hacen. Tienen su propia agrupación: “Murgas”. Se reúnen en una cooperativa y ahí deciden todo; se matan, la verdad, y de ahí sale algo, se llega a una resolución. El tema es que son muchas, cada vez más, y, generalmente, por división de las grandes. Nosotros relevamos independientes y oficiales.
P: ¿Van a hacer algo en particular desde la Comisión de Preservación?
R: Sí, unas jornadas con talleres, debates, ponencias y esto fue a solicitud de Claudio Yomaiel (coordinador del Programa Carnaval Porteño y representante del Ministerio de Cultura en la Comisión de Carnaval, organizadora de los festejos), que es una persona muy interesante, estudioso del tema como así también del teatro con visión antropológica. Claudio me ha prometido los archivos de los dos carnavales pasados y esto nos aportará mucho en el registro del patrimonio intangible de Buenos Aires.
Vos tendrías que presentar ese trabajo que comentaste.
P: Seguramente... Cambiando de tema, pero siempre desde el ángulo de la diversidad: con respecto a los judeo-sefaradíes, observaron con muchísimo interés las jornadas sobre el idish. Muchos se preguntan por qué quedó relegado el tema de la cultura sefaradí.
R: No quedó relegado, las jornadas se estructuraron en torno a la lengua idish.
P: ¿Se piensa generar alguna actividad para dar a conocer ese patrimonio cultural sefaradí?
R: En su momento con vos charlamos las posibilidades. Hablamos de una posible publicación y vos sugeriste La diversidad en Villa Crespo. Buenos Aires Idish hablaba sobre el cine, el teatro, la literatura, la música, etc., expresada en esa lengua.
En este momento queremos avanzar sobre la Buenos Aires andina, porque aquí hay colegios en los que se habla quichua y aymará. En el secundario de la Villa 31 hay chicos que son guaraní parlantes, tienen un profesor en aymará. Cuando presentamos el libro “Diversidad Cultural en el Sistema Educativo”, nos informamos de que, por ejemplo, en escuelas del Bajo Flores hay un 10 % de chicos argentinos… Fijate qué diversidad. ¿Sabés quién trabajó mucho? El Instituto Histórico, la Lic. Liliana Barela y todo su equipo.
Sobre lo sefardí, traeme un proyecto, vos que investigás y trabajás sobre esa temática. En este caso sería “sefardí” como grupo cultural. Se podría publicar algo, dar charlas, un libro, que por ahí puede tener como núcleo el barrio de Villa Crespo.
P: ¿Desde el punto de vista económico el GCBA le da a la Comisión una partida razonable?
R: Yo creo que uno siempre pide más pero creo que está bien; nosotros privilegiamos las publicaciones y tenemos dinero para eso porque, además, como es público que lo utilizamos bien, la Legislatura, en el último presupuesto nos incluyó más partidas. Igualmente, si hubiera más presupuesto siempre lo utilizaríamos bien y, por supuesto, en su totalidad. Nosotros ejecutamos la totalidad de nuestras partidas. Espero que esto no suene muy vanidoso, pero aquí hay un equipo muy competente y trabajador, yo soy sólo una más.
P: ¿Se apoya a escritores?
R: Desde el Ministerio de Cultura, muchísimo. Y quiero mencionar aquí al Fondo de subsidios. Nosotros analizamos los que son de Patrimonio Cultural y la verdad que es una ayuda para todos aquellos que no pueden publicar.
P: ¿Se forma gente como para que trabaje sobre historia oral?
R: Liliana Barela está en esta Comisión, pero también trabajamos con el Instituto Histórico como institución y, generalmente, cuando nos ocupamos de alguna comunidad se incorpora el I.H. realizando historia oral o videos… De hecho vos viste que en Buenos Aires Idish nosotros hicimos la publicación y el Instituto hizo un video e hizo historia oral… A lo mejor con los sefardíes se podría hacer algo así.
P: En esto hay dos aspectos que podrían tener en cuenta: uno es la cantidad de gente que hace historia oral, que parece no ser mucha, y otro es si realmente se incentiva suficientemente la historia oral desde las mismas colectividades y desde el Ministerio. Son muchas las minorías que contribuyeron al Patrimonio Cultural de la Ciudad, y lo siguen haciendo, con gran impacto e influencia en el “ser porteño”, no obstante, a varias les cuesta abrirse, sobre todo desde la dirigencia.
R: Te voy a dar ejemplos: la comunidad boliviana es completamente abierta, les gusta mostrar su cultura, expresada en danzas, música, comida, tradiciones. En cambio, a la coreana es más difícil de acceder, para desazón de los antropólogos que están investigando a esa comunidad. Es entonces que los rescates a través de investigaciones se sesgan en su contenido.
P: Cuando uno pregunta en algunas colectividades quiénes están trabajando sobre el Patrimonio Cultural generalmente contestan “nadie” o te miran con extrañeza. Se tiene la sensación de que lo que pueden contar los abuelos, los padres, son tradiciones, historias que finalmente se perderán. ¿Cómo ven este aspecto ustedes desde las diferentes áreas de la Comisión?
R: Creo que no es tan así. Y como dije anteriormente a veces tiene que ver con la apertura de las mismas, con la autoestima, en fin, intervienen varios elementos. Bueno, yo ya comenté lo que estamos haciendo con algunas colectividades. En el Atlas de Patrimonio Inmaterial hay en este momento más de 100 expresiones culturales y allí aparece, y es impactante, la diversidad de Buenos Aires, su gente, sus colectividades.
P: Es muy difícil porque no hay medios, desde las comunidades prácticamente no hay apoyo, aunque sí hay interés de algunos investigadores. Vos decís que el Instituto Histórico lo está haciendo. Se ve ese trabajo pero se necesitaría organizar, hacer un proyecto para concientizar, para no perder esa historia. Pasan cinco o diez años de una investigación realizada y te das cuenta que gran parte de la gente a la que le tomaste testimonio falleció. Es algo que angustia al investigador que tiene la certeza de que esas historias rescatadas, las vivencias personales que tienen que ver con nuestra esencia, se hubiesen perdido sin ese esfuerzo muy solitario, individual. ¿No habría que articular algo que apunte a intensificar y apoyar desde Cultura este tipo de investigaciones?
R: Es importante difundir el otorgamiento de subsidios. Hemos subsidiado investigaciones de ese tipo, yo creo que es un mecanismo bueno.
P: Trabajaste bastante sobre el tema de la mujer, ¿cómo ves la temática en este momento?
R: Bueno, ahora seguimos trabajando dentro de una perspectiva de género. Siempre, para los 8 de marzo, tratamos de hacer algo; hemos hecho muestras, concursos…
P: ¿Hay proyectos para este año?
R: Sí, todo lo que se está proyectando es con vistas al Bicentenario. Hay un episodio interesante en el primer centenario que es el 1º Congreso Internacional de Mujeres Feministas, en el cual se produce una división entre los sectores tradicionales argentinos encabezados por las mujeres de la Sociedad de Beneficencia y Cecilia Grierson, que era la presidenta del Consejo Nacional de Mujeres y que después, cuando llega el centenario, tiene que realizar su Congreso separado, con las mujeres universitarias. Hay muchas mujeres y muchos organismos que están trabajando ese tema, obviamente, porque todo se moviliza con el centenario. Me parece que son temas valiosos y tratamos de verlos también desde el punto de vista del Patrimonio Cultural.
P: ¿Ves en este momento que se ha avanzado en cuanto a la igualdad de oportunidades?
R: Sí, nada que ver con lo anterior. Yo recuerdo la situación en 1984, cuando participaba en la Multisectorial de la Mujer, porque tuve militancia feminista, y se ha avanzado mucho con respecto a las leyes antidiscriminatorias. Tal es así que yo, los últimos años, he trabajado muy poco el tema de género, justamente porque encontraba pocos incentivos, porque hubo leyes que fueron saliendo y… Realmente, yo creo que la discusión grande que queda es sobre el aborto, pero después se ha logrado muchísimo, yo lo veo en el tema de la nomenclatura. Estoy en la Comisión de Nomenclatura, y estamos lejos de esa situación de 1995, en la cual encontré solamente 24 calles, sobre 2.200, con nombres de mujer. Allí comencé con las propuestas de denominación de los espacios de Puerto Madero y ahora ya no es necesario.
Los chicos que votan, por ejemplo, los nombres de sus colegios tienen en cuenta a mujeres como nunca antes. Igualmente, y por el arrastre anterior, fijate las denominaciones de las escuelas, con esos nombres dudosamente patrióticos, nombres de países extranjeros… Y la verdad es que la presencia de las docentes ha sido tan importante… Siempre las dejaban de lado al nombrar una escuela. Ahora aparecen denominaciones a las cuales hay que negarse porque hay muchas Alicia Moreau de Justo, Alfonsina Storni, porque se trata de no repetir nombres para que no haya confusión.
P: ¿En cuanto al tema del cupo político?
R: Yo creo que va a llegar un momento en que no va a ser necesario, porque es una discriminación positiva. Creo que cuando comenzó el tema del cupo hubo gente que ponía a su esposa, a su hermana, y hay casos célebres. Pero está avanzando tanto la participación de la mujer, en todos los órdenes, que la verdad que es posible que haya una presidenta próximamente en nuestro país, como está Bachelet en Chile.
P: ¿Qué proyectos legislativos están en marcha en Cultura, en especial sobre Patrimonio Cultural?
R: Logramos sacar la Ley Marco de Patrimonio Cultural hace tres años, después de una lucha de ocho. Ocho años duró esa discusión… Con decirte que primero fue un proyecto de Ordenanza, porque además, cuando se creó esta Comisión uno de los objetivos que tenía era crear un marco regulatorio del Patrimonio. Dije “ordenanza” porque eran tiempos del antiguo Concejo Deliberante.
Pero ahora es cada vez más fácil y nosotros tratamos que, cuando un programa o actividad estratégica tiene su importancia y recién comienza, esté sustentado por una ley. Es el caso del Atlas de Patrimonio Inmaterial, como te dije: fiestas, conmemoraciones, celebraciones y rituales, y lo sustentamos con una ley porque lo creímos necesario. Son temas nuevos que nos ha llevado muchísimo la metodología de registro, porque es muy fácil pero… Te dan la fichita para registrar un edificio, pero la de patrimonio inmaterial no está, hubo que crearla. Incluso es una discusión bastante densa, y cuando uno busca la referencia de la UNESCO, por ejemplo, encuentra que el Patrimonio Inmaterial está referido a los grupos primitivos, los grupos tradicionales, los grupos campesinos, y nosotros somos una mega ciudad: tenemos un patrimonio netamente urbano. Entonces, para registrar ese patrimonio no teníamos el manual, la metodología, y tuvimos que inventarla nosotros. Incluso, cuando empezamos a trabajar artesanías urbanas también lo sustentamos con una ley: hicimos una bienal con una propuesta de la Lic. Ana Cousillas (también integrante de la Comisión), y el Museo José Hernández empezó a tener artesanías urbanas, porque no había ningún museo en la ciudad que tuviera artesanía urbana. Es increíble. Hubo que definir qué era una artesanía urbana; trabajamos muchísimo. Yo creo que en este tipo de cosas nosotros fuimos pioneros. En el tema de la lengua también: vas a la UNESCO y vas a ver lenguas de sociedades primitivas, de grupos en extinción, y en las ciudades tal vez no es tan así, aunque cuando estuvimos con el tema del idish sí se veía que ellos mismos tenían miedo de que se extinguiera la lengua.
P: El mismo tema que el “djudesmo”, llamado ladino o judeo-español, el caso de los sefaradíes, se la tomó como lengua en vías de extinción…
R: Sí, por eso es importante juntar el material, las canciones, convocar a los artistas que cantan esa lengua.
P: Y la Legislatura, en cuanto a los proyectos que tienen que ver con la preservación en sí… ¿Vos ves que está trabajando bien, la ley es totalmente satisfactoria o tiene baches? Te lo pregunto por casos en los que encontramos que para tratar de evitar que desaparezca un patrimonio tangible resulta difícil saber a qué organismo ir para plantearlo. ¿Quién define a un sitio como Patrimonio Cultural, para ser defendido? Porque pasa el tiempo y el bien termina perdiéndose. Da la sensación de que hay como un hueco en la legislación.
R: No, ya no hay huecos, aunque hay una legislación dispersa. Todo está amparado en leyes: la 1.227, la 449 Cap. 10, para el Patrimonio Arquitectónico, que es lo que trata fundamentalmente la Comisión de Planeamiento. La Ley 1.227, que cubre ese y todos los Patrimonios, aunque es muy general… Nosotros estamos en este momento trabajando en un Régimen de Penalidades. Vos decís que hay varios sitios pero todo confluye; esta Comisión es por ley el Órgano Asesor de las declaraciones de Patrimonio, pero también nosotros opinamos sobre las áreas de protección histórica y los edificios catalogados así que todo se junta. Lo vota la Legislatura en determinados Patrimonios: monumentos, sitios históricos, hay otros patrimonios que los puede declarar el Ministerio, pero todavía esto no ha sucedido. La Legislatura, desde que salió la 1.227, puso la mirada en esta ley y hubo muchas propuestas que se han plasmado en leyes de diverso tipo. Por ejemplo, sitio histórico: los centros clandestinos de detención, como Olimpo, Virrey Cevallos, Automotores Orletti; el área de los pañuelos de las madres en torno a la Pirámide de Mayo; patrimonios intangibles como las declaraciones sobre Clemente o Mafalda; el Filete Porteño; el Teatro Independiente; algunos murales que corrían peligro; la primera cámara de canal 7 y los archivos fílmicos. Con respecto a estos últimos, no sé qué se ha hecho posteriormente. El problema es también ver quién tiene la disposición sobre los bienes: puede declararlo la Ciudad porque están en la ciudad, pero la Nación es la que tiene la propiedad y disposición sobre archivos y cámaras.
P: Si bien es una esfera de complejidad resolver los temas, ¿no creés que habría que sentarse para definir los roles?
R: Yo le diría a un diputado que presente un pedido de informes. Una cosa en que insistimos mucho en la Legislatura fue en el señalamiento de fondos documentales privados; nos costó también llegar a sacar la Ley. Se trata de que el Instituto Histórico sepa, simplemente, cuando existe un archivo privado, de qué se trata; no se lo van a sacar a la persona, pero que se sepa. La ley ya está, pero no sé si la reglamentaron. Otra Ley en la cual se trabajó mucho, y no pudimos sacar, fue la ley de Arqueología Urbana. Debieron incidir intereses privados. Hay una Ley Nacional que cubre mucho, de hecho nosotros tuvimos que realizar parte del inventario de bienes arqueológicos. El órgano de aplicación de esta ley es la Dirección General de Patrimonio.
P: Por ejemplo, en la Comisión de Bares Notables, en relación con la Comisión de Preservación, cuando se toma un café como Notable tendría que estar acompañado, si bien es un bien privado, por la posibilidad de preservarlo, porque si lo están tomando como bien de la Ciudad…
R: La Comisión de Bares se ocupa de acciones de promoción. La Ley 35 es de promoción. La Comisión se ocupa de subvencionar espectáculos, realizar obras de rehabilitación, otorgar subsidios, difundir a través de publicaciones su existencia. Si se requiere una protección, son de aplicaciones otras leyes, como la 449 y se puede “catalogar” el bien. De hecho, la mayoría de los bares gozan del amparo de esta última ley o están en Áreas de Protección Histórica.
P: No es suficiente como “bar notable”, evidentemente.
R: Es otra cosa: Ley 35 es de Promoción. También se puede aplicar la 1.227, que contempla las figuras de “sitio histórico” o “monumento”, pero el instrumento más apropiado es el Código de Planeamiento y la catalogación. La ley 35 de bares notables es solamente de promoción, pero existen otras normativas.
P: ¿Pero la Comisión tiene la posibilidad de frenar que un edificio emblemático sea tirado abajo?
R: A través de la catalogación de monumento histórico, pero se requiere la ley respectiva. Igualmente, en el inicio del trámite ya posee el bien un “paraguas protector”, porque las sanciones requieren su tiempo.
P: Pero parece que la decisión última pasa por Planeamiento Interpretativo. ¿Un bien cultural que hay que preservarlo… no es suficiente con que en el Ministerio de Cultura se tome la decisión de protegerlo?
R: Si es arquitectónico yo creo que lo mejor es la 449, que dice directamente qué tipo de protección se aplica, si es protección estructural, integral, cautelar. Implica más precisiones que la Ley Marco; nos dice si se protege el interior, si solo la fachada, etc. Si ocurre “algo raro” seguramente están interviniendo intereses inmobiliarios. No debería ocurrir, es un delito.
P: Parece que hay un vacío que hace que haya gran participación de la Comisión, pero de repente en el último paso, que es la toma de decisión, es donde se termina perdiendo el bien, porque, entre otras cosas, los procesos se hacen más largos.
R: Pero no es defecto de la ley, las leyes están bien… El tema es que hay que cumplirlas.
P: Se siente, en determinadas circunstancias, que hay una superposición de áreas, más que áreas en común en el Ministerio.
R: Depende de qué áreas. El Instituto Histórico tiene claramente definidas por ley y decreto sus competencias. La Comisión está definida por ley y ordenanza, pero es lo que decíamos antes: es que a veces las leyes no se cumplen. Yo lo que veo en todos estos años que tengo de administración es que cada vez se “inflan” más las estructuras. En la Legislatura cada vez hay más comisiones de trabajo juntas o comisiones especiales por tema. Yo creo que a veces no es que la función debe ser creada sino que hay un futuro funcionario que debe ser acomodado y cuando hay estructuras políticas débiles la situación es peor.
La abundancia de comisiones en la Legislatura, como también de la cantidad de bloques está demostrando la debilidad política resultante de la implosión de los partidos políticos.
P: ¿La Comisión de Preservación y la Dirección de Patrimonio consensúan los temas que van a tratar o se manejan independiente?
R: No, no nos manejamos de forma independiente, trabajamos en forma conjunta a pesar de que esta Comisión depende directamente de la Ministra. Siempre hacemos reuniones, pero además, en la práctica siempre se va forjando un perfil de temas y de profesionales que hacen claras las competencias.
Hablo de lo profesional porque en la misma Comisión hay diversidad de enfoques. Como ejemplo, y con relación a la reforma de la Plaza de Mayo, se dio una división muy interesante entre los arquitectos y los que venimos de las ciencias sociales referida a la visión de cómo debería ser la plaza del Bicentenario.
P: Bueno… Voy a eso, se tienen reuniones.
R: Sí, por supuesto. Por ahí esta Comisión trabaja más con el Instituto Histórico, porque trata muchos temas de Patrimonio Inmaterial y no tanto edilicio.
P: Tu cargo en la Comisión se renueva por dos años…
R: Sí, dos años más.
P: ¿Qué te falta por hacer de lo que tenías proyectado?
R: No, yo creo que ahora estoy en profundizar cosas y dejarlas bien seguras. El camino que iniciamos con el Atlas de Patrimonio Inmaterial es muy importante y ya está subida la página web. Se van a editar videos y es muy interesante porque relevamos todo, desde una manifestación de protesta, Cromañón, Derechos Humanos, un banderazo de un club de fútbol, la fiesta de cumpleaños de San Lorenzo, una murga, una procesión religiosa o manifestaciones religiosas (católicas, judías, islámicas, devociones populares, etc.), e incluso hasta rituales semiprivados, como fue una “tenida blanca” o reunión abierta “a profanos” del culto a los muertos de la masonería. Bueno, me gustaría tenerlo bien afianzado; de hecho tiene su ley, la N° 1.535. Es importante consolidar programas para que subsistan a pesar de los distintos funcionarios a cargo de las áreas. Con respecto a las Artesanías Urbanas, ya vamos por la segunda bienal, compramos artesanías y ya el Museo José Hernández tiene la posibilidad de un salón permanente. Ahora el programa tiene su propio boletín digital.
P: En lo inmediato, en los próximos dos o tres meses, ¿hay algún tipo de jornadas, congresos…?
R: Sí, vamos a realizar el 2º Encuentro de Patrimonio Cultural Hospitalario. Revalorización histórica y técnica en mayo de 2007, en el Aula Magna del Hospital Rivadavia. Es una actividad que en realidad me la propusieron. Ahí va a haber mucha discusión en el tema de conservación. Vos fijate que la mayoría de los hospitales tienen más de 100 años y tienen grandes problemas edilicios. A las capillas de los hospitales las tuvo que restaurar este Ministerio porque los médicos no consideran que “eso” es necesario con fondos de Salud. Incluso cuando se trata de normas de protección hay mucha discusión… Recuerdo en ese sentido las que se produjeron cuando empezaron las obras de la ex Casa Cuna, porque imaginate que había que hacer construcciones nuevas; hay mucha renovación en los viejos edificios. También te comenté las jornadas sobre la murga porteña, y también sobre la Buenos Aires Gallega, todas estas con otros organismos del Gobierno, a veces con nuestra iniciativa y otras a propuesta de otros ministerios. Prometemos luego un libro de la Colección Temas de Patrimonio Cultural sobre cada una de ellas.
P: Bien… Mucho realizado, mucho proyectado para hacer… Gracias por tu tiempo.
R: A vos.

© 2007. Carlos Szwarcer
Buenos Aires, abril de 2007.

sábado, 7 de abril de 2007

Cultos en Buenos Aires: los tiempos políticos y religiosos.

-entrevista a Alicia Vázquez-

Nos encontramos con Alicia Vázquez, Directora General de Cultos
del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En su despacho del 2º
piso de Avenida de Mayo 560 conversamos sobre las comunidades religiosas,
identidad y diversidad cultural, la inmigración, la discriminación, y una amplia gama de temas concernientes al pasado y al presente de la Ciudad de Buenos Aires.

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Entrevistando a Alicia Vázquez, Directora General de Cultos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 

P: Buenas tardes Alicia, gracias por recibirnos. Es un gusto poder conversar con usted.
R: Igualmente.
P: Hay un Registro de Cultos que depende de la Secretaria de Cultos de la Nación…
R: Si, está sustentado en criterios con los que algunas comunidades no están de acuerdo y creo que la Secretaría de Cultos está en la búsqueda de organizar un registro que pueda satisfacer las preocupaciones del resto de los cultos. Yo en Nación prefiero no opinar…
P: ¿A nivel de la Dirección de Cultos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cómo y quién lleva un registro de cultos, por lo menos desde un punto de vista estadístico?
R: Nosotros no tenemos registro, pero tenemos una muy buena base de datos. Como estado sí tenemos que conocer las comunidades que hay en nuestra ciudad, para eso tenemos una base de datos, un directorio, como cualquier otra área de gobierno cuya responsabilidad es el vínculo entre el gobierno y el sector de competencia. El nuestro es el religioso. Nosotros tenemos la relación entre el gobierno de la ciudad y los diferentes cultos, diferentes comunidades religiosas o espirituales. Para qué buscamos conocerlos, porque consideramos que en la ciudad de Buenos Aires, como se ha dicho, la identidad es la diversidad. Decimos desde Cultos que queremos hacer visible la diversidad religiosa porque pensamos que de esa manera contribuimos a superar situaciones de discriminación que surgen en muchas ocasiones de lo desconocido. Queremos mostrar la convivencia fraterna en esa diversidad porque en Buenos Aires, a pesar de haber habido dos atentados muy importantes en la comunidad judía no tenemos registro en nuestra ciudad de enfrentamientos serios por cuestiones religiosas, y, por otra parte, queremos mostrar el compromiso social de la mayoría de las comunidades religiosas. Nosotros pensamos que si bien el estado es laico tanto el sector religioso, los cultos, o la comunidades religiosas, tanto como el estado, como el gobierno, tienen un objetivo común y es el bien común. En ese lugar es donde nos situamos juntos.
P: ¿Cuál es el eje fundamental de las actividades de la Dirección?
R: La línea es mostrar la presencia religiosa, mostrar la diversidad, la convivencia fraterna en la diversidad y el compromiso social.
P: ¿Y cómo lo implementan?
R: Lo hacemos de diferentes maneras: por un lado canalizamos todos los pedidos de diferentes cultos de uso de los recursos del estado, como cualquier otro. Eso significa el derecho que tiene cualquier comunidad de expresar su fe religiosa. Esto parecería algo menor pero en una ciudad donde la tradición era de contemplar a una sola comunidad desde lo formal, esto es muy importante porque al haber un área de competencia quiere decir que las comunidades cristianas, judía, musulmanas, hinduistas, etc., tienen la posibilidad de solicitar un permiso para mostrar su tradición religiosa. Hacemos actividades que tienen que ver con lo cultural. A fin de año sacamos un calendario que llega a todas las comunidades, sabemos que se utiliza para mostrar a algunos chicos de escuelas cristianas o católicas las otras expresiones religiosas que hay en la ciudad. Con ese mismo registro hacemos una muestra a fin de año.
P: ¿Buscan promover el diálogo entre las comunidades o participan a través de un pedido específico?
R: Hay actividades que surgen desde este trabajar conjunto. Nosotros no nos ocupamos de promover el diálogo. Como estado no podemos promover el diálogo que es de voluntad de cualquier comunidad religiosa, lo que sí yo hago es a fin de año, por ejemplo, reunimos alrededor de 150 mujeres de diferentes comunidades religiosas y como consideramos que las mujeres de cualquier culto son una parte importante del sostenimiento de esa expresión religiosa, las convocamos, las homenajeamos, y ponemos en su conocimiento nuestra gestión, los proyectos del año, lo que funcionó bien, lo que nos quedó pendiente, y en ese espacio viene la persona que quiera. Nosotros invitamos a todos. Como invitamos también cuando hacemos una muestra o cuando articulamos campañas con otras áreas de gobierno. Ahí invitamos a todos, a ese espacio viene el que quiere.
P: ¿Le parece que está suficientemente difundida la actividad de esta Dirección, una actividad tan importante que atañe al diálogo entre las diferentes comunidades?
R: Siempre hay un circuito, siempre hay personas que están ocupadas por el diálogo y las diferentes actividades y esas personas si están atentas. Creo que no es demasiado conocido en otros ámbitos. Sería bueno que se conocieran algunas de las actividades que hacemos. Creo que sí falta difusión. Pero hay distintos emprendimientos relacionados al diálogo, hay bastantes.
P: ¿Cuales son los más significativos?
R: El diálogo judeo-cristiano, el diálogo judeo-musulmán, el diálogo ecuménico entre las diferentes confesiones. Hay varios emprendimientos que tienen que ver con esto. Desde gobierno no sé si me parece tan importante hacer demasiado público el trabajo que se hace porque me parece que por un lado es la responsabilidad que hay como estado de preocuparse. No sé si realmente corresponde hacer prensa de lo que uno debe hacer. En todo caso sí creo que puede ser importante que las personas conozcan que los religiosos se pueden sentar con una preocupación común, puedan sumarse a una actividad cultural o solidaria. De hecho con la crisis del año 2000 fueron los sectores religiosos los que salieron, como dicen los chicos, a “bancar” la situación. Se multiplicaron los comedores, los merenderos. Hubo una respuesta solidaria de todos los sectores religiosos cuando fue ese momento de crisis.
P: ¿Cómo canalizan desde Culto este aspecto relacionado con lo social?
R: Nosotros tenemos un Ministerio de Derechos Humanos y Desarrollo Social donde diferentes confesiones tienen un espacio de encuentro, y de canalización, de articulación del trabajo de gobierno con grupos religiosos que tienen comedores, hogares…
P: A nivel internacional se recibe ayuda económica para sectores carenciados…
R: Los grupos religiosos internacionales han hecho llegar su solidaridad a la Argentina en diferentes momentos. Hablábamos de la emergencia económica del 2000, pero tuvimos, por ejemplo, durante la dictadura militar de 1976 un apoyo fundamental de las agencias intereclesiales, de las agencias vinculadas a las agencias reformadas, nucleadas en el Concejo Mundial de Iglesias que fueron un soporte muy fundamental en la constitución de organismos de Derechos Humanos y del sostenimiento de esos mismos organismos. El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos que está integrado por las iglesias protestantes y algunas diócesis católicas surgió antes de marzo del 76. Después, la Asamblea Permanente por los Derechos humanos, las Abuelas de Plaza de Mayo, antropólogos forenses, son organismos de derechos humanos que recibieron apoyo económico para impulsar su organismo. Así como decimos solidaridad internacional frente a la crisis, pero también después del 76 hubo un apoyo importante económico y político a los organismos de Derechos humanos de la Argentina por parte de sectores religiosos.
P: ¿Cómo es la relación de la Dirección de Cultos con el resto de las provincias. Hay algún encuentro nacional para ver problemáticas comunes?
R: No hay demasiadas áreas de gobierno que tengan un espacio dedicado a lo religioso. A veces suele estar dentro de lo que es política interior. No hay un área específica. Nosotros somos Dirección de Cultos, con “s”, en otros tiempos hubo espacios que se organizaron de otra manera. Sabemos que el Estado argentino sostiene el culto católico apostólico romano, pero nosotros como Ciudad de Buenos Aires tuvimos la posibilidad de poder generar un espacio que contemple la importancia que tiene la dimensión religiosa para las personas, para la ciudad y que sea un espacio que busque encontrar caminos de equidad.
P: Hay un día que se estableció por la libertad religiosa…
R: Hay una fecha que se propuso, el 25 de noviembre, que ese día se recuerde el día de la Libertad Religiosa, así como hay un día de la Diversidad Religiosa, que es el del levantamiento del Ghetto de Varsovia, esto es algo declarativo, no es una ley que plantee la igualdad religiosa en la ciudad.
P: Eso esta claro.
R: En la Argentina las personas tienen el derecho desde la constitución a expresar su fe religiosa en libertad. Libertad hay.
P: La religión católica sostenida por el Estado recibe el aporte, el sostenimiento económico del Estado. ¿Esto cómo es visto por el resto de las comunidades religiosas, usted recibe reclamos de los demás cultos?
R: Eso lo han planteado diferentes cultos a nivel nacional. Nosotros en la ciudad no estamos involucrados en esa problemática. Si nos plantean sobre los recursos que tenemos en Ciudad, los recursos los tenemos para cualquier comunidad religiosa, somos una dirección pequeña. El debate acerca de libertad e igualdad religiosa creo que todavía no encontró sus mejores tiempos.
P: ¿Por qué cree que aún este aspecto no está resuelto, existe un vacío…?
R: No sé si es un vacío. Indudablemente tenemos una cultura, un estado con una tradición católica apostólica romana oficial. Los tiempos de las iglesias, los tiempos religiosos son distintos a los que las personas como humanos podemos pensarlos. Los cambios no suelen ser inmediatos y no siempre la ley se adecua al tiempo de cambio. Es decir, nosotros tenemos que pensar que las primeras iglesias protestantes se construyeron sin campanas, porque había un requisito que se los impedía, no podían llamar a su culto. Los judíos cuándo tuvieron su primer templo, los musulmanes cuándo su primer mezquita. Pasó mucho tiempo desde que en Argentina se instalaron y crecieron como institución los cultos. Desde ese lugar es muy difícil decir “a partir de mañana igualdad religiosa”.
P: Es un debate que puede llevar un tiempo, pero es necesario…
R: Va a llevar su tiempo y seguramente se va a adecuar a las realidades del momento, a los cambios que se vayan dando, que en términos religiosos son cambios un poco más lentos que los que las personas a veces esperamos.
P: ¿Cómo ve -en una ciudad caracterizada por la diversidad- el impresionante crecimiento de los cultos que muestran las estadísticas y el reforzamiento de las identidades frente al fenómeno de la globalización?
R: Contra los pronósticos de disolución del mundo religioso sucedió lo opuesto. A pesar incluso del cuestionamiento a algunos sectores religiosos, a pesar de las crisis, el ámbito religioso siguió siendo uno de los ámbitos de mayor credibilidad frente al desprestigio o decaimiento de otros sectores como pudo ser el ámbito político. Ahora, yo creo que no hay demasiados nuevos cultos. A mí me parece que, en todo caso, existe una posibilidad mayor de poder expresar la fe religiosa o la expresión espiritual de muchas personas.
P: ¿Se estarían anotando cultos que existían pero no eran visibles?
R: Hubo personas de diferentes credos que las ceremonias la realizaban en las casa. Pasó el tiempo para que judíos, musulmanes, etc., construyeran los primeros templos, mezquitas, etc.
P: ¿Advierte desde lo religioso ciertas diferencias entre Buenos Aires y el resto del país?
R: Tienen una manera diferente de expresarse. Las provincias tienen la mayoría una tradición católica bastante Mariana. Muchas provincias tienen su diferente advocación a la Virgen. De todas maneras el ámbito cristiano crece porque hay bastantes iglesias evangélicas. Depende de los lugares. Buenos Aires es una ciudad urbana, con un puerto, donde la expresión religiosa pareciera ser menos mística. En las grandes ciudades no aparece demasiado lo religioso como primer emergente. En cambio en las provincias muchas de las actividades más importantes giraban en torno a la advocación de una virgen, fiestas patrias y patronales. La ciudad tiene otras expresiones diferentes.
P: ¿Cuántos lugares de culto tiene, aproximadamente, la ciudad de Buenos Aires?
R: Tenemos alrededor de 700 lugares físicos de cultos.
P: A comienzos de este tercer milenio se observan cultos que tienden al conservadurismo…
R: Eso habría que preguntárselo a cada comunidad. Yo creo que en el ámbito judío tenemos en Buenos Aires una importante cantidad de ortodoxos y también de conservadores. En cuanto al movimiento evangélico hay un número interesante un poco diferente a las primeras iglesias de la reforma que hubo en la ciudad, que eran un poco más liberales. Posiblemente el origen de las iglesias evangélicas carismáticas renovadas tienen, quizás, una mirada puesta en la recuperación de determinados valores religiosos asociados a una normativa personal. Podría pensarse que las iglesias protestantes son un poco más amplias o liberales que las iglesias evangélicas, quizás un poco más apegadas a ciertas conductas conservadoras, puede ser.
P: ¿El auge de las iglesias evangélicas es la expresión de un crecimiento religioso?
R: No puedo evaluar a una comunidad con un criterio católico. Entonces, para las iglesias protestantes o las iglesias evangélicas, la aparición de nuevas iglesias implica un crecimiento, para una mirada católica sería una separación, sería una pérdida. En Buenos Aires hay tres o cuatro iglesias evangélicas muy numerosas y creo que ofrecen a las personas algo que les cuesta encontrar en otro espacio, en otro ámbito. En el caso de personas de bajos recursos una iglesia evangélica le puede ofrecer un lugar de respeto, confía que el haberse incorporado a esa iglesia y aceptado el mensaje que tiene esa iglesia para él le depara mejores momentos, no solamente en lo espiritual sino también en lo económico, y esa persona, realmente en algunos casos, cambia su modo de actuar y su modo de verse; se arregla, aparece en su barrio mucho más prolijo. Como son iglesias un poco conservadoras algunas no miran bien que vayan mujeres con pantalones, los varones se ponen su traje y las personas del barrio dicen: “caramba, se hizo evangelista”. Y la convicción de que esa persona tiene mejores momentos hace que desde su fe lo logren, prosperan.
P ¿Según esto, la persona se ve mejor, crece el proselitismo y provoca el crecimiento de determinada comunidad?
R: Para cualquier persona de fe su opción es la mejor, desde ese lugar uno respeta la preocupación por llevar ese bienestar espiritual personal a otras personas. Esto es así, me parece, en cualquier culto. El momento de poner el límite es el respeto hacia el otro y el pensar que el encuentro con otra persona que tiene su fe puesta en otro lugar, esa expresión, en vez de restarle lo enriquece y que, en todo caso, viendo al otro que expresa su fe con tanta convicción lo que uno hace es reforzar su propia fe. Eso implica respeto y pluralismo religioso. Es algo difícil de obtener…
P: Pero se estaría en ese camino…
R: Yo creo que sí, al menos en el lugar de los dirigentes que se encuentran y se unen para enfrentar o denunciar situaciones de injusticia o internacionales. Nosotros tuvimos uno de los primeros actos en el mundo cuando el atentado a las torres gemelas, fue en el obelisco y estaban absolutamente todos los cultos de la Argentina diciendo no estamos de acuerdo con esto que sucedió.
P: ¿Como percibe que impactaron aquí -en la comunidad judía y musulmana- los hechos sucedidos el pasado año en el Líbano?
R: En Buenos Aires tenemos un nivel de diálogo importante entre instituciones de ambas comunidades. Y también tenemos sectores críticos de lo que el Estado de cada país lleva adelante desde lo político. Habría que preguntar a algunas comunidades de musulmanes cual es su postura acerca del Estado de Israel o a algunas personas religiosas de la comunidad judía que opina por la política llevada acabo por algunos países musulmanes.
P: Es un tema complejo que afecta los ánimos a través de acontecimientos que suceden a miles de kilómetros.
R: Pero en Buenos no ha habido una situación de enfrentamientos. De crítica sí. El diálogo entre los religiosos no se ha visto afectado, comparten espacios comunes. En Buenos Aires hubo momentos en que hubo personas que se vieron afectadas. Aquellas personas morenas de ojos grandes podían ser vistas como sospechosas.
P: Buenos Aires discrimina…
R: Sí, Buenos Aires discrimina a las personas de países limítrofes. En ese sentido tenemos muchas denuncias que las personas que vienen de Bolivia, de Perú sufren discriminación. En ese sentido ha habido un llamado por parte de la Iglesia Católica, señalando esas situaciones
P: El resto del país no sería ajeno a este comportamiento social.
R: Si revisáramos la literatura y recordáramos la importancia de la inmigración en nuestro país, diría que también. Yo soy segunda generación de argentinos y a mi abuela andaluza le hacían muchas bromas por su forma de hablar. Si se mira hacia atrás uno ve que hay signos de sorpresa ante personas que venían de un lugar desconocido que hablaba de un modo distinto, que su aspecto físico también era particular y ni hablemos de lo religioso, porque las personas en esos momentos no manifestaban su expresión religiosa si era diferente al del resto.
P: ¿Hoy nos encontramos mejor que un siglo atrás para recibir a las nuevas oleadas inmigratorias?
R: Yo diría que no desde el momento que discriminamos a un hermano, a una persona de Perú, de Bolivia. Somos del mismo continente, de América Latina, así no estamos mejor. La discriminación es una situación de injusticia que no podemos aceptar. En todo caso puedo decir estamos mejor si lo que vemos es la posibilidad de la denuncia. Hay organismos que trabajan en ese sentido, si desde ese lugar quizás estemos mejor. Pero la realidad es que cuando un niño en un barrio de Villa Lugano, Villa Soldati, o Flores va a su escuela y los demás niños le hacen bromas por su manera de hablar o por su color de la piel creo que no estamos mejor.
P: Dentro del auge de la manifestación religiosa se observa una importante actividad de proselitismo político. ¿Lo ve del mismo modo?
R: Siempre hubo personas de distintos sectores religiosos que suscribieron a distintas opciones políticas, esto no es nuevo. Lo religioso estuvo siempre muy vinculado.
P: Hay caudillos políticos que buscan votos dentro de determinadas comunidades.
R: Algunas personas suponen que una comunidad religiosa obedece lo que el pastor, el cura o el rabino le dice. No siempre es así. No digo que no. Seguramente para algunos dirigentes políticos en una feligresía deben pensar: qué bueno que estas personas pudieran darme su apoyo. No siempre sucede esto. Las personas guardan independencia de sus curas, pastores o rabinos. Pero cualquier manifestación que convoca a un número importante de personas es atractiva para cualquier elección.
P: ¿La mujer dentro del ámbito religioso, desde lo institucional y en lo cotidiano, es más integradora que el hombre?
R: En los ámbitos religiosos de la ciudad de Buenos Aires la mayoría de las personas que están a cargo de una comunidad son varones, hay algunas mujeres, pero no es lo más frecuente. Desde lo cotidiano la mujer llega después al diálogo, posiblemente de manera más efectiva.
P: ¿Cual es el motivo?
R: Las mujeres en todos los ámbitos religiosos trabajan de una manera similar, se ocupan de tareas bastante parecidas. El ropero, los medicamentos, los niños, y esto suele suceder en la mayoría de las comunidades. Se integra de otra manera, puede reconocer en la otra mujer una misma tarea, eso sí las une mucho. Como muchas mujeres están a cargo del área social se comunican con otras de otras comunidades para resolver un tema. Si es una persona que no tiene para comer o que está en la calle, o por un medicamento que no encuentra. Desde ese lugar hay otro tipo de acercamiento. Es una integración que no pasa tanto desde lo “políticamente correcto” sino desde lo “cotidiano”, desde la necesidad. En los últimos tiempos cuando las personas vieron que se cerraban las puertas de la esperanza, quienes tienen fe, tienen la certeza, la convicción de que esa situación puede cambiar, que pueden trabajar para que esto cambie. Indudablemente esa fe los sostiene.
P: La juventud, en este contexto cómo reacciona, cómo participa en momentos de cambios.
R: Cuando a muchos jóvenes les cuesta poner la mirada en un futuro, otros jóvenes con fe religiosa confían en que puede cambiar y piensan en qué pueden hacer para que esto cambie. El espacio religioso brinda la posibilidad de tener esperanza. Muchos sectores religiosos tienen fe, esperanza, no en una realidad encarnada en un futuro espiritual después de la muerte, como se podía ver en otra época, sino que tienen puesta su fe en una sociedad más justa, y en eso están comprometidas.
P: ¿Dentro del diálogo interreligioso la participación del judaísmo es monolítica o participa a través de diferentes agrupaciones, ashkenazíes, sefaradíes?
R: Desde Cultos nosotros no percibimos una diferencia. Quizás hay algunas comunidades judías abiertas al diálogo, y esto no tiene tanto que ver que con su origen ashkenazí o sefaradí, y hay otra corriente judía que puede ser la ortodoxa, que su tiempo no está en el diálogo. Además, en la ciudad, las participaciones pueden ser institucionales, pero en los judíos pasa mucho más por las instituciones no religiosas. Se visualiza mucho más la AMIA, la DAIA. Como comunidades religiosas no son tan visualizadas. Muchas veces hay instituciones que para salvar el dilema de a quién invito, invitan a la AMIA, que es una institución social pero que no es religiosa. Por otra parte hay personalidades del mundo religioso judío muy notables, que suelen ser más convocadas por su trascendencia, como personalidad religiosa, más que por la corriente a la cual pertenece.
P: Hay una sensación de un perfil bajo de la Dirección, de estar presente ante el pedido de las comunidades, y al mismo tiempo una preocupación de que no se la vea con intención de invadir ámbitos. ¿Esto es así?
R: Lo que pasa es que es la primera Dirección de Cultos, no la hubo antes. Lo que hicimos fue tratar de conocer a la mayor cantidad de comunidades religiosas ocultas que hay en la ciudad, e indudablemente por cuestiones culturales, y por situaciones de la realidad objetiva, hace que algunas comunidades sean más reservadas que otras y eso es entendible y hay que aceptarlo, comprenderlo. Quizás nos llevó más tiempo el acercamiento con determinas comunidades y seguramente, a veces, tuvo que ver la necesidad de la gestión de la Dirección para facilitar el vínculo, puede ser. De todas maneras es legítimo, porque nosotros estamos como Dirección de Cultos para ofrecer un servicio. Entonces, si vienen sólo cuando necesitan un servicio, entonces está perfecto. A nosotros nos interesa conocerlas y que las personas en la ciudad conozcan la diversidad que existe, pero hay que respetar los tiempos.
P: Indudablemente hay diferentes tiempos para cada persona y para comunidad…
R: Los tiempos religiosos son muy diferentes a los tiempos políticos. Los tiempos de los funcionarios son muy breves. Porque una gestión política dura muy poco tiempo en tiempos religiosos. Las comunidades religiosas, los cultos atraviesan muchas gestiones. Comienzan algunas un proyecto en una gestión y la terminan en otro, así que es muy relativo. Lo que sucede es que es difícil aceptar desde diferentes gestiones esta realidad.
P: ¿Qué leyes cree que faltan en materia de libertad de cultos en democracia para estar más a la altura de los tiempos?
R: A mí me parece que en cuanto a libertad estamos bien. Indudablemente se necesita una nueva Ley de Cultos, eso ojala se pueda concretar, eso lo está trabajando la Nación. Es un camino difícil.
P: Y desde su perspectiva, a grandes rasgos, que aspectos son los que están faltando para redondear una Ley que contemple las necesidades actuales.
R: Lo que hace falta son los acuerdos de reconocimiento de las instituciones como Instituciones Religiosas. La idea de iglesia está clara en el caso de la Iglesia Católica, no pasa lo mismo con los demás cultos, entonces hay toda una discusión sobre este tema. Es fundamental encontrar un lenguaje común y la construcción de reformas políticas que tiendan a la equidad. Yo no creo que se pueda cambiar a través de una Ley una realidad. Creo que hay situaciones que han cambiado y que deben ser reflejadas en la Ley.
P: En este sentido no es cuestión de “tiempos” sino que es un tema político…
R: Hay que buscar las maneras de acuerdo.
P: ¿La Dirección de Cultos de la Ciudad de Buenos Aires plantea esta necesidad?
R: No. La Ley de Cultos la están trabajando en Nación. Hay algunas provincias que han incorporado algunas reformas, sobre todo en lo que tiene que ver en asistencia espiritual en los ámbitos de salud y carcelarios, que son lugares también sensibles. La ciudad está muy pegada a la Nación en ese sentido, todavía. Somos autónomos hace muy poco tiempo. Así que no me parece, y esto es personal, plantearse una Ley de Cultos para la ciudad cuando los mismos sectores religiosos están discutiéndolo en el ámbito de la Secretaría de Culto de la Nación. Es a nivel nacional, allí donde creo que la Nación está poniendo su mejor gente para avanzar en ese sentido.
P: ¿Teniendo en cuenta esto, qué privilegiará su gestión en la ciudad de Buenos Aires, cuál será el foco?
R: Por lo menos en la ciudad de Buenos Aires lo que tenemos como desafío es poder trabajar con los diferentes cultos de tal manera que todos puedan hacer uso de sus derechos y garantizarle esto. Eso creo que es algo fundamental.
P: Le agradezco su disposición y amabilidad para esta conversación sobre temas tan vastos y profundos.
R: Gracias a usted.

© 2007. Carlos Szwarcer
Buenos Aires, abril de 2007.