lunes, 9 de julio de 2018

Canción de Adiós...

Por Carlos Szwarcer



En todas las ciudades se producen encuentros y desencuentros, amores y desamores. Los inicios de las relaciones de pareja surgen, a veces, inmersos en una energía casi mágica e inexplicable, algunos aparecen “a primera vista” y otros llevan un tiempo en definirse. Hay amores que ni siquiera comienzan, otros – como dice el poeta – “son tan fugaces, como pájaros siempre de viaje”, y los que duran años o toda una vida. De lo que no cabe duda es que el arte se nutre de los fragmentos de estas vivencias que son reinterpretadas desde su origen, desarrollo y- en tal caso- su final.

Difícilmente las creaciones son fruto totalmente de la ficción, a menudo contienen elementos de la realidad o bien aspectos autobiográficos, mientras que las que se basan en experiencias concretas que trancurrieron en un tiempo y espacio son generalmente dramatizadas o edulcoradas. De todos modos, los acontecimientos importantes o “aquellas pequeñas cosas” que giran en la mente del artista se expresan, por ejemplo, en una canción. No importa el género: ópera, tango, bolero, pop, rock, etc., continuamente las musas inspiran y guían para agregar belleza y estética a los caminos que en realidad transitamos todos los mortales. Y, aunque en las letras no siempre se alude a una ciudad, en este caso hemos elegido un tema en el cual el amor y el desamor, la ilusión y la frustración se encuentran merodeando en su texto y metáforas, apareciendo, como no podía ser de otro modo, Buenos Aires.

Presentaremos ese relato, una canción que encarna, probablemente, el sentir de muchos que cierta vez se enamoraron… y luego se sintieron defraudados. A veces, una relación concluye quedando en un buen recuerdo y hasta en una amistad, otras veces el acento se encuentra en lo inversosímil, absurdo o insensible del “cómo” se llegó a ese final, y entonces el que se siente defraudado necesita exorcizar ese vínculo…y allí viene el “chau, adiós” como la síntesis de un modo de valorar “ese pasado”, un bajarle la persiana para siempre, cerrarle la puerta y ventanas “con siete llaves”, dar lugar a una nueva posibilidad, volver a creer en un nuevo amor.


“CANCIÓN DE ADIÓS”
Letra y música: Coti Sorokin

(Del cuarto disco de la carrera del argentino y su tercer
álbum de estudio, “GATOS Y PALOMAS”. 2007)

Fuiste la luz de mi vida
y mi musa preferida
pero todo se acabó,
fuiste mi cruz de rosario
mi suerte en el calendario
la dueña de mi colchón.

Fuiste un tango puro y duro
escrito en papel oscuro
que no quiero ni cantar,
una guitarra sin cuerdas
un collar falso de perlas
que nunca vieron el mar.

Fuiste un jardín de malvones
un vinilo sin rayones
una dama de verdad,
que duro 15 minutos
y ahora me dejas el luto
de no querer verte más.

Fuiste una lady Madonna
fuiste un gol de Maradona
fuiste la mano de dios,
fuiste todo pero fuiste
yo no sé si me entendiste
que te estoy diciendo adiós.

Fuiste un “día que me quieras”
fuiste Gardel y Le Pera
y la Isla de Camarón,
fuiste en Madrid, Hortaleza
y en Buenos Aires Princesa
Reina de mi corazón.

Fuiste la luz de mi vida
y mi musa preferida
que ya no puede inspirar
ni un canto ni una ranchera
ni un solo verso siquiera
sólo esta canción de adiós.

Y este fue mi testamento
de un amor que de contento
no me dejó ni el sudor,
sólo queda despedirme
con voz ronca pero firme
el mal trago ya pasó.

Medio vals mitad ranchera
le pongo el nombre que quieras
milonguita o Rock and Roll,
aquí adelante de todos
te estoy diciendo a mi modo,
te estoy diciendo a mi modo
buena suerte, chau, adiós…






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