sábado, 14 de septiembre de 2019

Los amantes, de René Magritte

Por Carlos Szwarcer


“Los amantes”, de René Magritte


“Los amantes”, de René Magritte
(1928). Óleo sobre lienzo, 54,2 x 73 cm.
Colección privada, Bruselas, Bélgica.
René Magritte (1898 – 1967).
Dos personas protagonizan este bello lienzo. Sus identidades están ocultas tras dos velos húmedos que les tapan la cara. Sabemos que son un hombre y una mujer por sus vestimentas y suponemos que son pareja porque se están besando. Poco nos ayuda el fondo a concretar la escena. Están bajo techo, se ve parte del mismo y de la escayola que lo adorna, pero el hecho que una pared sea granate y el fondo azul cielo, hace plantearse si es otra pared pintada de diferente color o si simplemente están bajo techumbre pero abiertos al exterior.

El pintor belga René Magritte, padre de Los Amantes, logra llamar la atención del público por las telas húmedas cubriendo los rostros de los protagonistas y por los colores duros del lienzo. Hay un predominio del granate, azul y negro, destacando el blanco por encima de  todos para subrayar el efecto mojado de las telas que los cubren.

Su primer contacto con la pintura lo tuvo a los once años, momento en el que comenzó sus clases de dibujo. Sus primeras obras siguen una línea impresionista y su trabajo pasó por influencias del cubismo, orfismo, futurismo y purismo, sin olvidarnos del llamado realismo mágico, antes de aterrizar en el surrealismo, movimiento de Magritte por excelencia. Con su pincel intenta plasmar una realidad diferente, algo que sorprenda al espectador.

Magritte tituló Los Amantes a dos obras diferentes, en las que aparecen los mismos protagonistas y con las mismas ropas. Pero, siempre hay un pero, los dos trabajos difieren por dos razones: el fondo, pasamos de paredes y techo a un fondo natural con árboles y campo de fondo, y la acción, aquí no se besan sino que ambos miran al frente con los rostros uno junto al otro.

Dada la temática de este artículo, vamos a centrarnos en el beso de Los Amantes. Pienso yo que si el genio belga levantase la cabeza y oyese la cantidad de suspiros de amor que ha ocasionado su cuadro, volvería a agacharla y retornaría bajo tierra pensando que el mundo se ha vuelto loco.

René Magritte pintó Los Amantes en 1928, dieciséis años después de que su madre se suicidase tirándose al río Sambre. Parece que no, pero esta información es muy importante para entender el significado del cuadro.

Magritte tituló a su obra Los Amantes y los retrató besándose sí, de esto no hay ninguna duda, pero como no es oro todo lo que reluce, no todos los amantes se aman ni todos los besos simbolizan amor.

 Muchas teorías han rondado esta obra a lo largo de los años: amor secreto, dos desconocidos que se gustan sin verse ni olerse, enamorados que tienen que esconderse de la sociedad..y otras tropecientas historias más. Pero ninguna se acerca ni lo más mínimo a las intenciones que tenía el pintor belga al retratar a dos personas con una tela húmeda besándose.

René Magritte siempre tuvo grabado en sus retinas el momento en el que sacaron el cadáver de su madre del río, con la camisa húmeda cubriéndole el rostro. De ahí los trapos húmedos entre los rostros de los amantes de su obra. Simplemente es el recuerdo que tiene un adolescente Magritte de cómo terminó el suicidio de su madre en el Samble.

Un beso de amor es el sabor de la persona besada, el olor y, como no, el contacto de las lenguas o simplemente de los labios. El trapo húmedo de Magritte destruye cualquier idea de beso al prohibir a los protagonistas de sensaciones.

Fuente: http://revistaatticus.es

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